Sucederá en días futuros que el monte de la casa de JAH será sentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas y afluirán a él los pueblos, acudirán naciones numerosas y dirán: Venid subamos al monte de JAH a la casa del dios de Jacob para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos. Pues de Sion saldrá la ley y de Jersualem la palabra de JAH Rastafari. Él juzgará entre pueblos numerosos y corregirá a naciones poderosas hasta lo lejos, forjarán ellas sus espadas en azadones y sus lanzas en hoces. No alzará más la espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Se sentará cada cual bajo su parra y bajo su higuera sin que nadie le inquiete. La boca de JAH de los ejércitos ha hablado. Y aunque todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros caminamos en el nombre de JAH Rastafari, nuestro señor para siempre jamás. Selassie I. Isaías 2; Miqueas 4
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